Semanas atrás, ingenieros del CIRSA estuvieron realizando mediciones sobre la cantidad de agua que ingresaba en la usina de EPEC, que es la que se después utiliza Aguas Cordobesas, para comprobar que no se sacaran litros de más.
¿El motivo? El estado de sequía del Lago San Roque era preocupante y la expectativa hacia fin de año era sumamente crítica.
Pero mayo cambió el panorama. Las lluvias de los últimos días generaron que ingrese, sólo en mayo, alrededor del 25% de la capacidad del embalse. Se trata de 42 hectómetros cúbicos (¡42 mil millones de litros!), algo totalmente inusual.
Cabe destacar que en varios sectores de la cuenca se acumularon más de 150 mm. A esta altura del día, el nivel del dique alcanza los 35,46 mts. (la altura del labio vertedero es de 35,30), superando en 0,11 y, según afirman desde CIRSA, continuará creciendo.
El agua que supera el vertedero se pierde y no puede recuperarse, porque ese es el límite que el lago puede contener. Además, las compuertas están cerradas y aseguran que no las abrirán porque no están previstas futuras lluvias.
El Río Cosquín es el afluente que más aportó al Lago San Roque, llegando a tener el doble del caudal que el Río San Antonio.
PABLO SALAVAGIONE
Periodista